Algunos de los productos que utilizamos a diario -para limpiar la casa, mantener el coche en perfecto estado de funcionamiento, etc.- son de los más tóxicos. Aunque muchos de estos productos químicos son útiles y necesarios para tener un hogar limpio, tenga cuidado al utilizarlos:
- El anticongelante (etilenglicol) puede dañar el corazón, el cerebro, los riñones y otros órganos.
- La lejía es muy corrosiva y puede dañar los pulmones, la piel y los ojos. Lleve guantes de goma y mascarilla cuando utilice lejía.
- Los limpiadores de desagües pueden contener lejía y otros productos químicos cáusticos que pueden quemar la piel e incluso provocar ceguera, y si se ingieren, pueden quemar la garganta y el estómago, o incluso provocar la muerte.
- Los limpiadores de alfombras y tapicerías contienen naftalina, un carcinógeno conocido que puede provocar mareos, dolores de cabeza, daños neurológicos, formación de cataratas y daños hepáticos, entre otros.
- Los vapores de amoniaco pueden irritar los ojos, la nariz, la garganta y los pulmones, y deben evitarlos las personas con asma, problemas cardíacos o pulmonares. No mezcles nunca amoniaco y lejía, ya que al combinarse producen el mortal gas cloro.
- Los ambientadores contienen formaldehído, que puede ser cancerígeno e irrita la piel, los ojos y la garganta.
La mayoría de los productos químicos peligrosos que utilizamos a diario están claramente etiquetados con sus riesgos y vienen acompañados de instrucciones sobre cómo utilizarlos de forma segura. Sin embargo, si usted ha resultado perjudicado por un producto sin las etiquetas necesarias, podría tener derecho a una indemnización económica por sus lesiones. Llame a los abogados de daños tóxicos de Gordon McKernan Injury Attorneys para una consulta legal gratuita.
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